Historia

Manuel Barea Ginés (Villamartín, Cádiz, 1910) vivió desde la cuna el ambiente de un comercio familiar de la mano de su madre, María de los Ángeles Ginés, quien atendía una tienda propia de ultramarinos en la que adquirió el arte del trato directo detrás de un mostrador. Ésta fue la primera plataforma de aprendizaje que le dio a Manuel la oportunidad de conocer y afianzar el sentimiento, el espíritu y la filosofía que más tarde se convertiría en la piedra angular de todo un proyecto empresarial de éxito como el que es actualmente BAREA GRUPO.

Los primeros años en la tienda de su familia le marcaron un nuevo rumbo: Sevilla. Con una alta dosis de riesgo controlado, decidió dar un impulso a su vida, visualizando como oportunidad empresarial la Exposición Iberoamericana de 1929. Con tan sólo 18 años pisa Sevilla con destino a la pequeña tienda de Antonio Ceballos. En esta primera tienda y aplicando el aún en pruebas “método Barea” puso en práctica todo su afán de superación y capacidad ilimitada.

La primera tienda

En 1941, llega la primera tienda y con ella la independencia. Durante este año, Manuel se siente con la preparación y la fortaleza para dar el salto y comenzar con su carrera en solitario. En la calle Imagen, número 14, abrirá la primera tienda. Era un local de 18 metros cuadrados en la parte más estrecha de esta céntrica calle hispalense. Cuentan las crónicas que al pasar el tranvía los viandantes tenían que refugiarse en los establecimientos porque ni la acera era lo suficientemente ancha como para protegerlos. La “conquista Barea” en Sevilla ganó así la primera batalla. Imagen 14 fue la semilla de un proyecto empresarial que ha crecido exponencialmente con los años.

 

En esta tienda de titularidad propia, Manuel Barea, se sintió totalmente libre para aplicar los conocimientos y la intuición comercial atesorada durante tantos años como observador. Así, fue consciente de que tenía que marcar el valor diferencial respecto a sus competidores y, adelantándose a su tiempo, apostó abiertamente por la especialización, que por entonces no existía en el pequeño comercio generalista. Prueba de ello es que Barea fue uno de los primeros establecimientos de Sevilla en disponer de licencia de importación de especias desde Oriente.

Barea apostó desde sus inicios de forma muy potente por la especialización y fue uno de los primeros establecimientos de Sevilla en disponer de licencia de importación de especias desde Oriente.

El salto a la distribución

El salto a la distribución trajo consigo una nueva localización. En la calle Escuelas Pías se ubicaron los primeros almacenes de distribución con una capacidad considerable para la época, al tener 300 metros cuadrados. Con la distribución como nuevo horizonte de crecimiento, era necesario incorporar nuevos sistemas de producción. Comienzan a funcionar para el reparto los primeros vehículos a motor de la ciudad y se crea una red propia de más de 100 representantes en pueblos y capitales de Andalucía occidental.

Del detalle a mayorista

Tan sólo ocho años después de abrir la primera tienda, en 1949, adquiere el primer establecimiento mayorista en la plaza de la Encarnación, donde hasta hacía poco tiempo estaba Cortefiel. El escenario es el de una Sevilla todavía inmersa en el s. XIX y donde aún era mayor la demanda que la producción.

Bacalao, con B de Barea

Para Manuel Barea Ginés la gran apuesta sigue siendo la especialización. Influenciado por fuertes tradiciones comienza a trabajar el bacalao de la mano de la firma Trueba y Pardo; producto que con el tiempo se ha convertido en la seña de identidad del Grupo y buque insignia del mismo. Un carro con un mulo fue el primer vehículo empleado tanto para el reparto del bacalao como como del resto de variedades de conservas de pescado y salazones.

En 1958 se establece el primer taller de elaboración de bacalao, siendo pioneros en la transformación y envasado del mismo en varios formatos y dando así un cambio a la tradicional forma de venta del producto. Barea se convirtió así en el primer mayorista, no pescadero tradicional, que se instaló en el antiguo mercado del Barranco. Pieza clave de esta nueva línea de negocio es el hoy responsable de la división de pescados y mariscos congelados, Manuel Yebra Pérez.

El relevo

Los dos primeros Barea de la segunda generación Manuel y María de los Ángeles se incorporaron en 1956 a la empresa para conocer desde dentro el oficio. Ambos fueron los artífices de lo que después sería el actual grupo de empresas. En 1974 se incorporaron también María Josefa y María Dolores, ofreciendo savia nueva y valores cien por cien Barea a la compañía. En apenas 20 años, el negocio tuvo que ampliar su espacio comercial hasta en cinco ocasiones, pasando de los primeros 18 metros cuadrados a los más de 300 del almacén de Escuelas Pías. Pero lo mejor estaba por llegar.

 

En 1963 se amplía el espacio a 600 metros cuadrados en la calle Macarena. Este salto dio un impulso a la empresa que la convirtió en marca de referencia. Tal era el crecimiento de la firma que se vio obligada a un nuevo traslado. Lugar que se sigue conservando en estos momentos. Fue al Polígono Industrial Carretera Amarilla con 4.300 metros cuadrados. Ahí se consiguió, en 1973, la mítica cifra de facturación de 1.000 millones de pesetas. Y todo ello sin cambiar la cultura empresarial de sus orígenes, simplemente adaptándose a los cambios del mercado y de los nuevos tiempos.

El grupo de empresas

En 1984 se crea la Sociedad MANUEL BAREA, S.A., que se convierte en la empresa matriz. Asimismo, se inaugura el primer “Cash and Carry” en Sevilla con CASH BAREA, S.A.. De esta manera se entró en una nueva área de negocio que es la que más auge y desarrollo ha aportado al grupo en su historia. Sólo tres años después y ante la buena aceptación del primer cash en Sevilla nace su homónimo onubense: CASH COLOMBINO, S.A.

La fortaleza del Grupo se deja notar también en Extremadura, donde en 1996 se implanta CASH EXTREMEÑO, S.A. con 3.500 metros cuadrados de sala de venta y 500 de aparcamiento. Está situado en Almendralejo (Badajoz), zona cercana a Portugal y de interés para BAREA GRUPO.

Mercas

El trato mayorista con el cliente ha sido siempre un punto clave para entrar en los foros de relación con proveedores y fue objetivo prioritario en la década de los 90. Esta tendencia se ha extendido hasta la actualidad, puesto que se cuenta con presencia en Mercasevilla, en la Dársena Pesquera de El Puerto de Santa María (Cádiz) y en Mercamálaga.

 

Planes de futuro

Los Barea se plantean para el futuro seguir con lo mejor saben hacer: seguir creciendo y dando oportunidades de negocio y empleo.

Últimos desarrollos e inversiones

En el año 2001 se moderniza la fábrica de transformación de Bacalao, otras especies en salazón y pescado congelado con una planta de 4.000 metros cuadrados en Alcalá de Guadaíra. Serían y siguen siendo un ejemplo de superación con las más avanzadas técnicas de control sanitario y calidad.

En el año 2006 se inaugura una nueva superficie de venta de 500 metros cuadrados en el Polígono PISA de Mairena del Aljarafe. Un centro especializado en pescado y marisco congelado y bacalao y otros artículos especialmente enfocado a la Hostelería.

En 2014 inaugura un nuevo cash and carry en Palomares del Río en sustitución del que ya tenía en la localidad. Unas modernas y avanzadas instalaciones de 7.000 metros cuadrados sobre una parcela de 22.000. Las últimas tecnologías de ahorro energético y el desarrollo de tiendas especializadas con artículos gourmet, regalos, perfumería, parafarmacia, frutas y verduras y una sala de ventas con innovaciones, suponen un avance en esta línea de negocio de BAREA GRUPO.